Con un gol de Federico Girotti, se impuso en Córdoba y reúne 13 puntos en cinco partidos de la Copa; el número 1 de todos los grupos tiene ventaja de localía en las series de playoffs.
Hizo méritos en el primer tiempo, dio la estocada a falta de ocho minutos. La paciencia en el momento de tensión e intranquilidad resultó el argumento al que apeló Talleres para superar 1 a 0 a Cobresal en Córdoba, por la quinta fecha del grupo B de la Copa Libertadores.
La contundencia que le faltó cuando generó las acciones de mayor peligro asomó con el ingreso de Federico Girotti, goleador de raza y una de las piezas que La T reservó entre los suplentes. Tres puntos que consolidan el equipo en lo más alto de la tabla de posiciones, aumentan la ilusión y elevan a 15 la serie de juegos sin derrotas.
Con la clasificación para los octavos de final asegurada, Talleres rotó piezas. En la Copa Libertadores al conjunto cordobés le restará conocer el resultado de San Pablo (Brasil) y Barcelona (Ecuador) –el jueves, desde las 21- para diseñar la última función del grupo ante el club paulista.
Una victoria del equipo que dirige Luis Zubeldía ante los guayaquileños provocará una definición mano a mano por el primer puesto, mientras que una derrota dejará a La T en lo más alto cualquiera sea el resultado en el mítico Morumbí.
Cuatro partidos en 19 días, una agenda comprimida que tendrá continuidad con otros cinco juegos hasta el 12 de junio, fecha en que la Liga Profesional ingresará en receso por la Copa América de los Estados Unidos. Armar un colchón de puntos en este pequeño sprint –Boca será uno de los rivales- antes del parate es un objetivo de Talleres, que inició la aventura local con una victoria 3-1 sobre Independiente y observa de reojo el mercado de pases.
La T es una estructura vendedora yel paraguayo Ramón Sosa es una de las joyas más deseadas: River y Boca ensayaron averiguaciones, pero la intención del presidente Andrés Fassi es no desesperarse y negociar con el torneo de selecciones en marcha, intuyendo que un buen desempeño elevará la cotización del atacante.
Los Ángeles Galaxy, de la Major League Soccer, pidió condiciones en diciembre pasado y el precio fue de 15 millones de dólares; la cláusula de salida es de US$ 20.000.000.
La figura tiene la palabra de Fassi de una transferencia y no es el único. Nahuel Bustos en 2020 fue vendido en 7.600.000 de dólares al City Group, aunque Talleres se quedó con un porcentaje (35%) y en junio del año pasado recompró un 45% para adueñarse del 80% del pase. Con contrato hasta 2025, las partes acordaron una salida anticipada.
Con Girotti como delantero de área, Sosa, Gustavo Bou, Ramiro Ruiz Rodríguez y Rubén Botta asoman en la consideración del entrenador Walter Ribonetto antes que Bustos, que con 25 años buscará mayor rodaje. El cordobés en tres jugadas resultó de las piezas más peligrosas para Cobresal en el primer tiempo.
En la primera, el arquero Leandro Requena –de las inferiores de Talleres, fue ovacionado por el público- fue al piso con su mano y trabó el balón; más tarde, conectó una jugada preparada –córner-, aunque el remate de tijera se perdió por sobre el travesaño; una pared con Bottas –el futbolista distinguido de la noche- lo dejó nuevamente de frente al arco, pero el guardavalla volvió a imponerse en el duelo.
No hay equipo en el planeta que tenga dos formaciones de la misma jerarquía y Talleres no es la excepción. El primer pase de Matías Catalán, las trepadas por la derecha de Gastón Benavídez, la presencia en el eje de Ulises Ortegoza y la ausencia del tridente Ruiz Rodríguez, Girotti y Sosa, las piezas que resguardaron los cordobeses. ¿La diferencia? Alex Vigo quiere redescubrirse, tras destacarse en Colón y no repetir River; el colombiano Juan Portilla alternó buenas y malas, entre la presión que debía ejercer sobre los volantes chilenos y la conducción; Matías Galarza y Valentín Depietri no lograron disimular que faltaban los extremos, en particular Sosa, desequilibrante en el uno contra uno.
Después de una acción polémica a los 10 minutos –mano en el área del venezolano Miguel Navarro que el árbitro peruano Augusto Menéndez no sancionó y el VAR, con sus compatriotas Milagros Arruela y Jonny Bossio, tampoco advirtió-, Talleres tomó el control y generó las situaciones de riesgo que Bustos no logró capitalizar. La propuesta de Cobresal se redujo a encontrar a Franco García y la compañía del uruguayo Diego Coelho: definir el tercer puesto con Barcelona, que posibilitará jugar la Copa Sudamericana, la idea de los chilenos, que tampoco hacen pie en el torneo de su país, donde marcha 14to sobre 16 equipos.
Con Sosa y Girotti, que saltaron desde el banco de suplentes a los 15 minutos del segundo tiempo, en dos minutos Talleres enseñó renovados argumentos y reclamó la intervención de Requena. La ambición por la victoria tenía una contraindicación para La T: los espacios defensivos, que Cobresal intentó explotar con César Munder y Leonardo Valencia, oxígeno para una formación que esperó agazapada y en una corrección del defensor Franco Bechtholdt estuvo a nada de abrir el marcador.
Con las modificaciones, más tarde ingresaron Bruno Barticciotto y Silvio Martínez, Talleres se despojó de la tenencia, la pausa y el control de la pelota –ya no estaba Bottas y Bustos- y apeló a la verticalidad para lastimar. Sin embargo, los cordobeses se enredaron y el arquero Guido Herrera salió al rescate en un despeje defectuoso de Juan Portillo que tenía destino de red. La impaciencia y el inconformismo por la producción se reflejaba en el rostro de Ribonetto, que desde el lateral observaba que el tiempo transcurría y no podía quebrar a un rival inferior. Hasta que se conectaron las piezas: Barticciotto descargó en Marcos Portillo, que habilitó a Sosa; el paraguayo controló con el pecho y cedió el gol al artillero Girotti.
En el momento de incertidumbre, las mejores figuras destrabaron el marcador para alimentar el sueño internacional y una racha de 15 partidos sin derrotas.
(La Nación)