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Por Valeria El Haj (*)
En la batalla contra el tabaquismo, el verdadero desafío no reside solo en la adicción a la nicotina, sino también en la lucha contra los estigmasestablecidos y las percepciones erróneas que rodean a este hábito. A pesar de los avances en la concientización y las políticas antitabaco, el tabaquismo sigue siendo una carga para la salud pública y un obstáculo para la construcción de sociedades más saludables y equitativas.
Detrás de cada estadística sobre el tabaquismo hay una historia de lucha, dolor y pérdida, vinculada a enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, como cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas; enfermedades que cobran la vida de millones de personas cada año. Además, existe el tabaquismo pasivo, que pone en riesgo la salud de no fumadores, incluidos niños y adultos mayores.
¿Cuál es el impacto real del tabaquismo?
El tabaquismo no solo afecta la salud individual, sino que también tiene un impacto significativo en la economía y la sociedad en su conjunto. Los costos asociados con el tratamiento de enfermedades relacionadas con el tabaco, la pérdida de productividad laboral y los efectos ambientales adversos representan una carga financiera considerable para los sistemas de salud y los gobiernos.
Para abordar eficazmente el tabaquismo, se requiere un enfoque integral que combine la educación, la prevención, la regulación y el apoyo a aquellos que desean dejar de fumar. Por lo que es fundamental promover estilos de vida saludables desde una edad temprana, proporcionar recursos y servicios de cesación del tabaquismo accesibles y efectivos, así como implementar políticas públicas que desincentiven el consumo de tabaco y protejan a la población del humo de segunda mano.
Por último, esnecesario invertir en la educación y empoderar a las generaciones futuras con el conocimiento necesario para tomar decisiones informadas sobre su salud. Cada acción cuenta en la lucha contra esta epidemia. Solo mediante un enfoque colectivo y multidisciplinario podemos abordar eficazmente esta crisis y construir un futuro donde el tabaco ya no sea una amenaza para la salud y el bienestar de nuestra sociedad.
Si bien sabemos que el tabaquismo es una crisis global que afecta la salud, la economía y el bienestar social, es hora de unir fuerzas y trabajar juntos hacia un mundo libre de humo para las generaciones venideras. Solo entonces podremos lograr un futuro más saludable y equitativo para todos. La batalla es difícil, pero no imposible.
(*) La doctora Valeria El Haj es Directora Médica Nacional de OSPEDYC