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Un sueño a punto de cumplirse: Galo pronto escuchará por primera vez

Tras superar múltiples desafíos médicos, el pequeño pringlense de 18 meses se prepara para un hito importante: el encendido de sus implantes cocleares. Su familia aguarda con expectativas y cautela.

Galo, el niño pringlense que conmovió con su historia a la comunidad y logró que la obra social IOMA reconociera su situación y se hiciera cargo del costo de su tratamiento, ya recibió sus implantes cocleares. Fue operado hace más de 20 días y está cada vez más cerca del tan esperado momento del encendido, cuando podrá escuchar sonidos por primera vez.

“Tenemos muchas expectativas y muchas certezas porque sabemos que esto es algo sumamente beneficioso en la vida de Galo y le va a garantizar un 98% de audición, algo grandioso”, compartió su mamá, Cintia Angladette.

«Estamos sumamente tranquilos y contentos esperando que se dé el momento porque no se conocen casos de rechazo de implantes, al menos entre los que implantaron sus doctores», dijo.

El encendido será el 12 de julio en el consultorio de la fonoaudióloga Diana Laurnangaray.

«¿Qué puede pasar ese día? Sabemos que será único y mágico, pero a la vez tratamos de bajar las expectativas porque él es quien pone el cuerpito y el que va a escuchar por primera vez. Entonces, quizás pueda pasar que se sienta apabullado o tal vez un poco incómodo», reflexionó su mamá.

Remarcó también que la familia tiene cierta cautela en torno a las expectativas porque es un camino mucho más progresivo que lo que podemos ver en algunos videos ya que no se le da al niño toda la audición desde el primer momento.

«Sin dudas será un momento único, súper lindo y esperado, pero su carita y todo lo que pase va a estar atravesado por sus percepciones y sensaciones de si lo que está pasando es lindo o lo asusta. Él es muy expresivo con su cara», añadió.

La vida de Galo ha sido una lucha desde su nacimiento y primer mes ya que sufrió una hipertensión pulmonar arterial persistente.

“Lo tuvieron que sedar y poner en respirador artificial, y sus riñones dejaron de funcionar. Esa fue su gran lucha y necesitó de un tratamiento de óxido nítrico y luego enfrentó el síndrome de abstinencia por estar tan sedado por el tubo de oxígeno”, recordó su madre.

Por ese motivo estuvo internado 29 días en la Neonatología de Coronel Suárez.

«Allí fuimos amorosamente atendidos y, más amorosamente, Galo, de quienes todos se acuerdan por la gravedad de la situación. Galo nació de 37 semanas y cuatro días, fue un bebé a término. Se adelantó unos días por una colestasis que tuve en el embarazo, pero uno no podía imaginar lo que pasó después», dijo Cintia.

Después de esa situación, la más grave que atravesaron, la familia empezó a tomar todo lo que llegaba como un desafío más, entendiendo y sintiendo que lo peor ya había pasado.

La siguiente batalla que hubo que librar fue para que la Obra Social IOMA reconociera los implantes cocleares, algo que se concretó luego de que la comunidad se movilizara en redes conmovida por un mensaje desesperado de la familia que se hizo viral. Recién entonces la operación se pudo llevar a cabo.

De hecho, el desafío más grande después del primer mes de lucha de Galo ha sido la burocracia, según la familia.

“Es desesperante a veces, las comisiones, las no respuestas, las respuestas que llegan por terceros y no por los canales oficiales. Uno no termina de relajarse del todo”, mencionó la madre.

Cintia llegó a pararse frente a los ediles del HCD de Pringles para que escucharan el caso de su hijo y colaboraran en destrabar la compra de implante valuado en 71 mil dólares.

«La operación duró 6 horas, que para la gran mayoría fueron interminables, pero para nosotros en realidad fue algo lindo porque lo esperamos bastante. Gracias a Dios se dio todo muy rápido. Galo con 18 meses ya está implantado y nuestra lucha no lleva ni un año porque el diagnóstico fue en septiembre», dijo Cintia.

Si bien Galo va a seguir atravesando el desafío de ser un niño con hipoacusia severa profunda, sus implantes le darán vida auditiva.

«Lo vamos a seguir acompañando con el tratamiento que tiene con las profesionales Belén Rodríguez y Diana Laurnagaray, quien hará el encendido de los implantes. Gracias a ellas, él hizo terapia cognitiva verbal», destacó.

El tratamiento de Galo se sostiene con grandes avances porque a su lado hay una familia que lo estimula, educa y acompaña con amor.

«Cualquiera que se cruce con Galito, solo si ahonda se da cuenta de que tiene hipoacusia; si no, no te das cuenta porque está muy estimulado desde el amor y responde con miradas, risas y demás», comentó.

El día en que su mamá perdió el miedo

«Miedos no hemos tenido. En lo particular, cuando Galo estuvo tan mal, entregué mi corazón a Jesús y a María y les pedí que ellos hicieran lo que consideraran que tenían que hacer», contó.

También se lo expresó a Galo aunque el niño estaba en una situación muy grave y no podía hablarle demasiado para no desestabilizarlo.

«Le entregué mi corazón, le dije que mi corazón le correspondía pero que estaba bien lo que él quisiera hacer en ese momento. Si él quería luchar, luchábamos todos, pero si él quería estar tranquilo porque ya era demasiada invasión en su cuerpo, también lo iba a respetar como mamá», mencionó con la voz quebrada.

Entonces, después de esa situación, yo no tengo miedo. Sé que Galo es un niño que está sumamente cuidado, lleno de energía y amor. Yo sabía que de esa operación él iba a salir bien y así fue. Fue difícil el post quirúrgico, pero al día siguiente Galo ya era Galo, sonriendo y feliz en su andador», señaló.

Galo tiene un retraso madurativo motor, viene con un desfase en los hitos motores. Todavía no se sienta ni camina, pero son aspectos que trabaja en kinesiología y terapia ocupacional.

«Como él le da batalla a todo, yo honestamente no tengo miedos, solo los miedos naturales de que alguien, alguna vez, no le entienda o cosas que tienen que ver con su desenvolvimiento a futuro, pero todo lo que le proponemos Galo lo hace y lo hace de una forma que te da tranquilidad. Tengo más certezas que miedos con respecto a Galito», añadió.

«Galo fue deseado, buscado, amado por sus hermanos, por nosotros, por supuesto, por la familia. Vino a enseñarme que con amor todo se puede lograr, que no hay imposibles, que uno tiene que dejarse ayudar y mostrarse vulnerable en situaciones que uno lo necesita», agregó su mamá.

Ella aprendió de esta experiencia que si bien se nos pueden atravesar un montón de piedras en el camino, con amor, entusiasmo, alegría, optimismo y tenacidad se puede salir adelante.

«Galo vino a enseñarnos muchísimas cosas, a no comparar, a que cada niño tiene su tiempo», señaló.

«Soy maestra especial y por mis aulas y manos han pasado muchísimos niños. Y uno a veces cae en los libros, en eso de que a los 18 meses se espera que el niño haga tal o cual cosa. Y Galo me vino a demostrar todo es a su tiempo, es su cuerpito y él nos va marcando el ritmo de todos sus avances que son inmensos», dijo.

«Vino a enseñarnos que siempre la unión es mucho más fuerte y el amor lo mejor que nos puede pasar en esta vida. Y que no hay imposibles», expresó.

El apoyo de la familia, amigos y comunidad

«Respecto al apoyo que hemos recibido siempre desde el minuto uno que Galo nació y fue trasladado, tanto Sergio como yo nos hemos sentido sumamente cuidados, queridos, respetados y acompañados por la familia, por los profesionales que atendieron y atienden a Galo, por amigos, por gente conocida, por gente de las redes sociales cuando se viralizó lo del Instagram de Galito que no pensamos que iba a ser tan masivo», dijo Cintia.

Compartió que cada mensaje que les llega es de amor, de energía y de buenos deseos para Galo y toda la familia.

«Soy sumamente agradecida de cada persona que apoyó con un mensajito de aliento, con el compartir la historia, con un abrazo. Cuántas veces me paran en la calle para preguntarme cómo está Galito. A todo el mundo le contesto y cuando nos paran les permito que se acerquen y le den un beso ¡si se deja porque hace pucheritos si no le hacen una sonrisa! Si les sonríen, él sonríe», confió.

A esta altura, ya consideran que Galo no solo es de la familia sino de la vida.

Galo es hijo de Sergio Zanfardini y Cintia Angladette y tiene dos hermanos: Salvador, de 9 años y Felipe, de 7.

«Es de muchas personas y tiene una gran familia atrás y una familia política que es toda la gente que está alrededor nuestro al pendiente de su salud y de todo lo que acontece con él. Eso es maravilloso, totalmente mágico y súper hermoso», concluyó.

El staff médico que atiende a Galo

DIANA LAURNANGARAY, fonoaudióloga quien hará el encendido.
MARÍA BELÉN RODRÍGUEZ, fonoaudióloga que lleva a cabo la estimulación verbal.
ENRIQUE ZAMAR y BORRI MATILDE, otorrinos que lo operaron.
ANDRES GIGON, otorrino de Galo en Coronel Pringles que los acompañó y acompañará en todo este aprendizaje.
SILVINA PELLETAN, kinesióloga.
FLORENCIA KARASSOU, terapista ocupacional.
AGULLA MARIANA, pediatra.
JULIA BORTOLAS, AMANDA ORTENZI Y BELÉN CASTRO, maestras de atención temprana al desarrollo infantil CATDI. (La Nueva.)

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