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La nueva vida de los refugiados sirios que viven en Coronel Suárez

Yameelah y Wadieh perdieron su casa en un bombardeo y se refugiaron en El Líbano con sus tres hijos. Ingresaron legalmente a la Argentina a través del programa Pro Siria. Tienen visas humanitarias y viven en paz.

RECIBIDOS POR EL INTENDENTE. Al llegar, el jefe comunal suarense, Roberto Palacio, recibió a los nuevos habitantes.

La familia Al Khouly, instalada desde hace cinco meses en Coronel Suárez, perdió todo en la guerra en Siria. Las bombas destrozaron el edificio en el que tenían su hogar, en Zabadani, en un pequeño pueblo turístico, cercano a Damasco, la capital.

Todo quedó sepultado bajo los escombros. Perdieron hasta su vehículo y debieron irse del país con lo puesto.

En aquel momento tenían dos niños, Revell y George. El más pequeño, tenía apenas dos meses y se vio tan afectado por el estruendo que durante varios años, aunque parecía escuchar, le costaba entender lo que le decían.

En Siria había “mucha guerra”, sintetizó Wadieh Al Khouly, quien arribó a nuestro país en febrero junto a sus tres hijos y su esposa Yameelah, en busca de paz y una nueva oportunidad en Coronel Suárez.

Desde su llegada los cinco toman clases de castellano dictadas por voluntarios de la Comunidad Cristiana, grupo gracias al cual pudieron ingresar al país -a través del programa Pro Siria- y que se comprometió a brindarles alojamiento, comida y contención hasta que pudieran adaptarse a los cambios y autosustentarse.

ELIE, el pequeño de cuatro años, con su nuevo documento de identidad.

“En Siria no había comida, gas, ni luz, los caminos se cerraban; para moverse había que pasar por muchos controles policiales; la vida era muy mala”, contó Wadieh.

Antes de arribar a Coronel Suárez vivieron como refugiados en El Líbano, donde vivía la mamá de Wadieh. Sin embargo, allí tampoco encontraron paz. 

No solo eran fuertemente discriminados por ser sirios, sino que los chicos eran marcados en la escuela, Jamilah tenía que pagar para poder trabajar y después de las 7 de la tarde no podían salir a la calle porque eran detenidos.

Además, el costo de vida era muy elevado para ellos. Un día, el menor de los Al Khouly, quien nació en El Líbano, se enfermó gravemente y tuvieron que pagar U$D 4.000 por una internación de cuatro días.

En este contexto opresivo y desfavorable, la familia, que profesa la religión cristiana, fue contactada por un miembro de JUCUN, grupo Cristiano que trabaja en la Argentina con el programa Pro Siria. Les propusieron trasladarse a nuestro país para mejorar su condición.

AMIGOS. La familia fue bien recibida por los suarenses.

Ellos no sabían mucho de Argentina, y menos de Coronel Suárez, sólo que había buena gente y que ambos podrían trabajar y  tener un futuro.

Cinco meses después de su llegada aseguran estar muy a gusto y haber sido muy bien recibidos por la comunidad.

Los pequeños Rivelle (la niña) y George, de 8 y 6 años están concurriendo a la EP N° 46, de la Unidad Académica y Eli, de 4 años, asiste al Jardín N° 913. 
“En la iglesia, en el hospital, en la escuela, en el supermercado; todo bien en la Argentina”, dijo Wadieh. 

Pablo Paissaud, miembro de Comunidad Cristiana, una de las iglesias que se sumó al llamado de JUCUN para atender esta misión solidaria, aseguró que los chicos han sido recibidos con mucho aprecio en las escuelas.

“Docentes, padres, directivos y hasta miembros del consejo escolar han adquirido productos que fabrica Jamilah para ayudar al sustento familiar”, comentó Paissaud.

 “Si bien están muy contentos en Argentina, ellos extrañan a la familia que dejaron tanto en Siria como en El Líbano, principalmente los niños, quienes tenían una buena relación familiar, sobre todo, con sus tíos”, comentó.

Wadieh y Jameelah llevan 10 años de casados y han vivido momentos especiales y felices como el nacimiento de sus hijos y muy tristes, por la guerra que lleva un saldo de miles de refugiados, heridos y muertos desde su inicio en 2011.

 “Se los ve felices en nuestro país, siempre dispuestos a recibir gente en la casa y a convidarles con una café y algún producto de los que Jameelah elabora. Son muy sociales, muy amigables, muy buenas personas”, destacó.

También indicó que cada uno de los miembros de la familia ya cuenta con documento de identidad y que de a poco se van adaptando a nuestros códigos y cultura.

Tienen otra moneda, otros números, otro idioma, pero en algo no pudimos sorprenderlos: ya tomaban mate. Siria es uno de los mayores importadores de yerba de la Argentina.

En este tiempo, celebraron el cumpleaños número 4 de Eli, el más pequeño.Los suarenses ya los adoptaron.

NUEVA VIDA. Después de pasar por Líbano, Coronel Suárez es el nuevo hogar de la familia siria.

Llegaron al país el 19 de febrero 

La familia fue recibida por un grupo de personas congregadas en la Comunidad Cristiana. Ellos obtuvieron las visas humanitarias a través del Programa Pro Siria, impulsado por el gobierno nacional para permitir la entrada legal de algunos ciudadanos sirios a nuestro país.

Esto es posible solo cuando alguna familia o institución “llamante” asume el compromiso de brindarles alojamiento y manutención económica por un año. 

En Argentina, la organización internacional cristiana de Juventud con Una Misión (JUCUM) reunió a 40 iglesias que desearan y estuvieran en condiciones de hacerse cargo durante un año de recibir a una familia siria, con estas condiciones. (La Nueva.)

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