Este martes Diputados buscará sancionar la reforma electoral para cambiar la tradicional papeleta partidaria por una única hoja con todos los candidatos. Comenzaría a regir en las elecciones de 2025. Se respetará el cambio que hizo el Senado para que no haya un casillero de lista completa.
La reforma electoral que impulsa el Gobierno y la oposición blanda para implementar la Boleta Única de Papel (BUP) entró en terreno de definición para su sanción por el Congreso. Una cumbre política informal en el despacho de Martín Menem y una posterior reunión plenaria de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia, Presupuesto y Hacienda de Diputados avanzaba este lunes por la tarde-noche para aceptar los cambios que ya se aprobaron en el Senado semanas atrás. Hay acuerdo mayoritario para que este martes en el recinto se sancione un nuevo sistema de votación nacional que comenzaría a regir en 2025.
El oficialismo selló finalmente con el PRO, la UCR, Encuentro Federal de Miguel Pichetto, la Coalición Cívica e Innovación Federal aceptar el modelo que votó la Cámara alta, que dispuso quitar el casillero en blanco con la opción de votar lista completa, uno de los reclamos de los partidos provinciales. La Cámara baja entonces cambiaría el proyecto original que se votó en 2022.
La definición se supo al filo de las 18 de este lunes, cuando al comenzar el plenario de comisiones los opositores dialoguistas aceptaron avanzar con el proyecto tal cual se votó en el Senado. No era la intención de los bloques exsocios de Juntos por el Cambio, pero la resistencia a aceptar la modificación hacía peligrar el quórum para la sesión de este martes. “Se va a respetar a los gobernadores”, apuntó una voz parlamentaria al tanto de las negociaciones reservadas.
La fumata blanca salió del despacho del titular de Diputados. Los aliados a La Libertad Avanza no tuvieron qué contraoferta hacerle al bloque de Innovación Federal, que representa a los diputados de los gobernadores de Misiones, Salta y Río Negro, que habían logrado imponer su visión en el Senado. En esas provincias creen que, en caso de una elección para presidente, si existe un botón de lista completa, tendrán menos competitividad los sellos electorales que no presenten candidato a la Casa Rosada.
La propuesta de BUP necesitaba conseguir un amplio acuerdo porque tiene que salir con una mayoría absoluta de 129 voluntades. Es un número al que ahora aspiran llegar sin contratiempos los libertarios y sus aliados circunstanciales. El peronismo-kirchnerismo ya se plantó en contra, como lo hizo históricamente en los distintos debates que hubo al menos en los últimos 16 años.
“Vamos a destrabar los privilegios de los punteros. Cristina y Massa no quieren la Boleta Única. Pero la provincia de Buenos Aires tiene derechos a tener su autonomía política”, planteó al comienzo del plenario el lilito Juan Manuel López. “El sistema va a permitir garantizar la equidad en la competencia electoral, venimos de una cancha demasiado inclinada con los partidos más fuertes con más privilegios”, sostuvo Margarita Stolbizer, que integra el espacio de Pichetto.
Básicamente lo que se va a votar este martes en Diputados es que en las próximas elecciones, en los cuarto oscuro, ya no se encuentren las tradicionales tiras partidarias con los candidatos de determinada fuerza, sino que ahora cada votante recibirá de manos de la autoridad de mesa una hoja con todos los candidatos de todos los sellos electorales juntos. Allí se tendrá que marcar con una birome qué candidato para cada cargo se elige. La BUP, con distintas modalidades, ya se usa en diferentes provincias para las elecciones locales.
El proyecto que estaba por tener dictamen de mayoría este lunes también plantea que es la Cámara Nacional Electoral la responsable de diseñar las BUP; mientras que las Juntas Electorales Nacionales serán las encargadas de adaptar la boleta a la oferta electoral de cada distrito. En tanto, el Ministerio de Interior, a través de la Dirección Nacional Electoral (DINE) es responsable de imprimir y distribuir las boletas. Ya no serán más los partidos políticos los encargados de reportes las tiras a medida que se acaben en los cuartos oscuros. El panoficialismo asegura que ahora no se robarán más boletas.
“Nos vamos a oponer a esto porque es una mentira. Los países que tienen mejor calidad institucional tienen el sistema de votación que ustedes quieren derogar”, cuestionó a la oposición el kirchnerista Eduardo Valdés. El resto de la oposición acompañará la iniciativa de BUP, pero hubo voces que aprovecharon también para cuestionar los cambios que introdujo el Senado. “Nos quedamos con sabor a poco. Haber sustraído el casillero de lista completa perjudica el acceso del votante a la información”, apuntó la radical Karina Banfi, que vaticinó que la nueva herramienta electoral tiene que durar al menos “más de 20 años”. “Evitamos el efecto arrastre y el efecto concentrador, y la consolidación de los caudillismos”, defendió la libertaria Mercedes Llano sobre la quita del botón de lista completa.
Si finalmente la BUP es sancionada, la papeleta única contendrá el nombre de la agrupación política; la sigla, símbolo distintivo y el número de identificación de la agrupación política; la categoría de cargos a elegir. Aparecerán todos los nombres y fotos de los postulantes –presidente y vice, senadores, diputados y parlamentarios del Mercosur–. Sin embargo, en las provincias que tienen que votar muchos diputados –por ejemplo en Buenos Aires se eligen 35 bancas– el segmento para ese cargo legislativo solo contendrá la identificación de los 5 primeros candidatos y candidatas.
El proyecto tal como llegó del Senado tuvo en el plenario de comisiones de Diputados 79 firmas a favor sumando a los libertarios, macristas, radicales y provinciales. Sin embargo, de esa cantidad de firmas en mayoría hubo 13 en disidencia parcial, correspondientes en parte al radicalismo y el bloque de Pichetto: Stolbizer, Carla Carrizo, Oscar Agost Carreño, Marela Coletta, Dania Tavela, Alejandra Torres, Nicolás Massot, Juan Brugge, Karina Banfi y Pablo Juliano (quien tiene triple firma porque reemplaza en el plenario a sus correligionarios Fernando Carbajal y Jorge Rizzotti, que no llegaron a tiempo a Buenos Aires por falta de vuelos).
(El Diario Ar)