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Reciclaje y reutilización

Por Maia Franceschelli

Nuestras urbes son grandes consumidoras y, por consiguiente, generadoras de excesivos residuos. Uno de los factores que daña la salud de los habitantes es la gran cantidad de basura que se va acumulando en terrenos no aptos. Lo producido debe ser tratado de modo adecuado para evitar la contaminación de agua, tierra, aire y de todo el medio ambiente.  

Los basurales a cielo abierto suelen ser uno de los focos infecciosos propicios para el desarrollo de muchas enfermedades y cuenta con la presencia de animales transmisores de ellas, como roedores, insectos, microorganismos, etc., a lo que se suman los efectos adversos derivados de la quema incontrolada, deliberada o espontánea de la basura.

En la localidad de Carhué varios son los basurales a cielo abierto desde hace años, y pareciera que siguen en aumento. Una buena iniciativa, a tan solo 56 km, la han tenido nuestros vecinos riverenses quienes cuentan desde el 2015 con la Planta de Clasificación y Separación de Residuos Sólidos Urbanos.

Previamente, fomentando la separación en origen y recolección diferenciada de residuos, iniciaron el programa “Separemos en casa”. Según datos oficiales, desde su apertura se han clasificado 115 toneladas de residuos secos, de los cuales, 50.000 Kg corresponden a vidrio, 38.000 Kg a cartón, 18.000 kg a plástico y los restantes a 9.000 Kg de nylon.

Sin embargo, lejos estamos aún como distrito de poder darle el tratamiento que merece esta problemática. Un modelo a seguir es el caso de la ciudad de Laprida, vanguardista desde 1991.  Llevan a cabo un programa denominado La Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) conjuntamente a otras acciones destinadas a mantener en condiciones salubres a la ciudad.

El programa que implementan está compuesto de cuatro etapas -generación, recolección y transporte, tratamiento, y disposición final- y tiene como objetivo el tratamiento de la totalidad de los residuos domiciliarios generados tanto en Laprida, como así también en quintas aledañas y en la población de San Jorge.

El reciclaje permite la obtención de materias primas a partir de desechos, introduciéndolos de nuevo en el ciclo de reutilización y se produce ante la perspectiva del agotamiento de recursos naturales y para eliminar de forma eficaz los desechos.

Procedimientos como el de mezcla de arena o arcilla con envases de plástico permiten la fabricación de ladrillos ecológicos, tejas y losas para la construcción de viviendas. Existe también una creciente industria del reciclado del PET, plástico de las botellas de gaseosa y agua, con las que se confeccionan hilos textiles. Los cepillos, escobillones y escobas, están hechos con este material reciclado.

La vermicultura -el reciclaje de basura orgánica con lombrices- es una alternativa ecológica a los convencionales vertederos. Las lombrices comen su mismo peso, por lo que un kilogramo de estos gusanos procesa un kilogramo de basura cada día. Estas criaturas, beneficiosas para generar desechos reutilizables son de mucha ayuda también en nuestros compost.

El reciclaje de basura también sirve como generador de fuentes laborales, impulsando la creación de microemprendimientos y cooperativas. Pero esta tarea se torna compleja si no contamos con la planificación adecuada, la capacidad institucional y administrativa y fundamentalmente con el destino de los recursos económicos suficientes para contar con la planta de tratamiento de residuos.

¿Seguirá mucho tiempo más siendo un tema pendiente en la agenda distrital?

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